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El objeto y su lugar

2012

Serie fotográfica (B y N)

El objeto y su lugar es una serie de grandes fotografías en blanco y negro nacidas a partir de tomas manipuladas o de collages fotográficos . Un avance de este trabajo pudo verse en nuestro stand de ARCO 2012, y fue adquirido para su colección por la Fundación Coca-Cola. Completa la exposición un vídeo (también en blanco y negro) filmado en la École des Beaux Arts de Orán en el que podemos escuchar el “manifiesto realista” de Gustave Courbert en beréber, lo que arroja sobre las imágenes una luz muy particular.

Completa la exposición un vídeo (también en blanco y negro) filmado en la École des Beaux Arts de Orán en el que podemos escuchar el “manifiesto realista” de Gustave Courbert en bereber, lo que arroja sobre las imágenes una luz muy particular.

La exposición Zabana, Inshallah en Casa sin fin Cáceres (2011) supuso el trabajo de dos años, y arrancó en el verano de 2009, cuando Álvaro Perdices colaboró en un proyecto técnico para el Museo Ahmed Zabana (Zabana fue el primer mártir de la independencia argelina) en Orán. El proyecto consistía en la reordenación de la sala de objetos arqueológicos del museo.

La labor del artista era trabajar como intermediario entre los operarios del museo y el plan para la nueva lectura de aquellos objetos. Pero más que en intermediario, Perdices se convirtió en espectador del proceso de desmantelamiento, a fuerza de gestos y de movimientos, de una institución que era parte de un programa enciclopédico y de una imposición colonial. “Por otra parte”, como señaló él mismo, “me encontré (en la Escuela de Bellas Artes anexa) con que aún hoy en día los modelos de enseñanza y las verdades siguen fieles a los principios de la Academia francesa del XIX, ésa que Courbet destripa. Las mismas estructuras, las mismas poses de un tardoacademicismo rancio ahora con caracteres no occidentales y un pronunciado look orientalista”.

Casi en las mismas fechas, presentaba en el Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón (EACC) la exposición NEGADA, AbiertA y desnudA, que, a su vez, abordaba, según escribió Astrid Mania, “las relaciones ambivalentes de poder y la tensión generada al romper con los patrones de conducta tradicionales y normativos”. Para Juan Vicente Aliaga, Perdices había “querido evidenciar el tira y afloja que se produce entre quienes forman parte de los engranajes rectores del sistema del arte y los productores que de él participan”.

Las imágenes de esta nueva exposición, El objeto y su lugar, parten de esos dos “lugares” (no sólo físicos) y de los almacenes del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Y, aunque aparentemente parecen estar cerca de las relaciones con “lo pictórico” y “lo conceptual”, en realidad van mucho más allá. De hecho, esa fácil asociación cuasi formal (lo pictórico/lo conceptual) nos conduciría rápidamente al lugar identificativo y cómodo, sin espacio para la resistencia…

Ya sabemos que, habitualmente, en las relaciones las buenas maneras están cerca del protocolo y del buen comportamiento, que prevé soluciones. Frente a esa comodidad, es preferible cierta forma de extrañeza o, incluso, de mutismo (“un silencio negativo”): aunque la “cosa” parezca palpable, está fuera en realidad de nuestro alcance, de cualquier alcance, y fuera del lugar correcto.

Esta aprehensión se produce, en parte, en la disolución de normas y relaciones entre las cosas. O, por decirlo de otro modo, Perdices coloca en un aparente lugar anodino lo que nació como objeto político (Agamben). Del “campo de batalla” el objeto ha pasado a un estadio en apariencia insustancial, aunque, por el contrario, cargado de sentido.

“Parece que el lugar de lo extraño (o el ‘objeto extraño’)”, señala ahora el artista, “nos restituye un cierto placer/displacer que abre excitaciones internas, pasando de lo pulsional a lo activo. Este ‘pasar’ atraviesa túneles muy oscuros, caminos que desde la oscuridad y la negatividad nos devuelven serenidad. Es la serenidad de vivir en el misterio la que nos permite viajar por lo divagatorio.

El Otro Lugar sería el de lo obtuso, lo cáustico, lo absurdo, lo inútil, lo errado, lo accidentado. Un ámbito cercano al de la mesa de trabajo. Las obras, las fotografías, abandonan su apriorismo, y su posible esquematismo también, adquiriendo una nueva fisicidad a la vez que una nueva lógica.

— Julián Rodriguez

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